Acompañado del boom inmobiliario en Qatar, gracias a los vastos y prolíficos yacimientos de petróleo en la región, en los últimos años Qatar ha atraído personas de todo el mundo, y se han levantado increíbles edificaciones; de hecho, Qatar se ha transformado en uno de los lugares predilectos para que las distintas firmas de arquitectura del mundo puedan llevar a cabo sus obras, en este país podemos encontrar edificaciones emblemáticas de la arquitectura contemporánea como el Qatar World Trade Center, la Torre Al Fasal, el Museo Nacional de Qatar, la Torre Aspire, entre otros reconocidos edificios. De todas estas construcciones, la que hoy nos atañe es un curioso repositorio en forma de diamante.
Si bien la biblioteca se estableció en el 2012 por la Qatar Foundation, nombrando a la académica alemana Claudia Lux como directora de la biblioteca, en principio se lanzó como una biblioteca digital. No fue sino hasta el 2018 que se inauguró el edificio de la Biblioteca, el cual posee un área de 42,000 metros cuadrados, y fue construido en la Education City, un distrito en Doha que fue desarrollado por la Fundación Qatar como un centro de educación superior, y ahora también incluye campus filiales de seis universidades estadounidenses, así como de otras instituciones educativas y de investigación.
Esta biblioteca fue diseñada por el arquitecto holandés Rem Koolhaas (quien diseñó la Biblioteca Pública de Seattle, y participó en el concurso para diseñar la Biblioteca Nacional de Francia en 1989, y para su diseño, concibió a la Biblioteca como “una única gran habitación que albergaría a personas y libros”.
El diseño del edificio cuenta una imponente fachada externa de hormigón blanco, que vista desde arriba es una forma cuadrada plana, pero el equipo de diseño decidió levantar solo un borde y las dos esquinas opuestas del cuadrado, lo cual hace que, vista dese arriba, parezca un diamante. De esta forma, ambas puntas elevadas indican las dos entradas principales, ambas conducen directamente al centro del edificio, con la única diferencia de que una conduce al nivel de calle y la otra al nivel subterráneo donde se encuentran los libros del patrimonio.
Tanto el techo como la estructura fueron recubiertos por paneles de hormigón blanco colocados in-situ para que el acero de la estructura no presentase problemas debido a las condiciones climáticas.
Asimismo, esta estructura está soportada por un total de 34 columnas de cuatro metros de diámetro, las que comparten la carga estructural del techo de la biblioteca. Algunas de estas columnas, de 18 metros de alto, requirieron de múltiples colocaciones.
Debajo de las dos esquinas elevadas, colocaron dos entradas que lo llevan directamente al centro del edificio, y debajo del borde elevado colocaron los espacios de oficina y servicio; la razón de eso radica en que al crear tres pasillos y formar un espacio triangular al centro del edificio, acomodan a la Biblioteca e invitan a los asistentes a ingresar por el centro del edificio (para no buscar entradas en el perímetro).
Esto obedece a la visión de Koolhaas sobre los espacios públicos: “que las bibliotecas retomen su sitio como espacios en el que los libros sean los protagonistas y no los nuevos sistemas computacionales de archivos o devolución de los volúmenes”.
De igual forma, la fachada de la Biblioteca está compuesta de vidrio corrugado que ayuda a filtrar la luz natural y genera un ambiente óptimo para el interior del edificio y paneles de hormigón blanco prefabricado colocados en la misma obra. Estos paneles, dejados al descubierto, actúan como una superficie reflectante de la luz natural, lo que entrega una luminosidad especial tanto al entorno como a la misma biblioteca. Cabe mencionar que la fabricación del vidrio corrugado no es nada fácil.
Para el interior de la Biblioteca, Koolhaas diseñó el espacio para que se puedan ver todos los libros desde un panorama, lo cual se logra con la disposición de tres filas de estanterías dispuestas a modo de asientos de estadio, y atravesadas por un puente, lo que permite asimilar la gran cantidad de volúmenes que existe en el edificio, lo que a su vez oculta su espacioso interior, para priorizar la luz y la visibilidad.
De esta forma, las estanterías, que están fabricadas de mármol blanco, son una parte integral del edificio, pues se levantan desde el suelo (que es del mismo material) y se mezclan con la arquitectura.
Actualmente, la Biblioteca Pública de Qatar tiene tres funciones principales: biblioteca nacional, biblioteca universitaria de investigación y biblioteca pública central metropolitana, equipada para la era digital, además de que cuenta con un nuevo edificio que funge como sitio de reunión comunitario (es decir, un tercer espacio). Además, recolecta y proporciona acceso al conocimiento, patrimonio y material relevante sobre Qatar y a la región.
La colección de la Biblioteca es bastante amplia y se puede dividir en tres, la colección general, la Biblioteca Digital, y la Biblioteca de Patrimonio, a saber:
La Colección general cuenta con más de un millón de libros (en árabe y en inglés), también incluye incluyendo 137.000 libros infantiles y 35.000 libros para adolescentes; su sistema de clasificación automatizado permite a los usuarios acceder fácilmente. a colección de la biblioteca tiene un millón de libros en árabe e inglés. También cuenta con periódicos y diarios, así como colecciones especiales.
También ofrece una amplia variedad de actividades y servicios para un aprendizaje completo y una experiencia comunitaria, tales como clubes de libro, clases de idiomas, eventos musicales, talleres de manualidades, actividades para niños y sus familias, narración de cuentos, artes exposiciones, etc.
Por otro lado, la Biblioteca de Patrimonio está conformada por un gran número de documentos y manuscritos raros, así como libros y publicaciones periódicas en varios idiomas europeos; también posee documentos árabes antiguos, tales como manuscritos, atlas y fotografías históricas. Algunos de los libros más raros contenidos aquí datan del siglo XV, así como traducciones al latín de obras importantes como El canon de medicina, y la Enciclopedia médica del médico persa Avicena.
También cuenta con escrituras de viajeros y exploradores que visitaron la región del golfo Pérsico durante diferentes siglos, manuscritos en árabe, globos terráqueos y mapas históricos, así como instrumentos científicos y fotografías antiguas. Esta colección también incluye aproximadamente 2.400 manuscritos preciosos entre ellos ‘Mushafs’ (Corán) y literatura en árabe, con un enfoque en particular en las ciencias como la geografía, astronomía y matemática.
Hay que destacar que la Colección Patrimonial se encuentra bajo tierra, en el centro de la Biblioteca. Se diseñó este espacio para que fuese independiente de la colección principal; incluso, el asistente puede acceder directamente a ésta desde el exterior.
Mientras, la Biblioteca Digital cuenta con más de 500 000 libros electrónicos, y es fruto de la colaboración entre la Fundación de Catar, la Biblioteca Nacional de Catar y la Biblioteca Británica. La meta de esta colaboración es digitalizar el material patrimonial que documenta la historia árabe e islámica y hacerla disponible gratuitamente al público; también abarca 1,5 millones de páginas de elementos de la colección de la Biblioteca Británica relevantes a la historia de la región del golfo Pérsico.
Cabe mencionar que una parte de la colección de importancia internacional también está disponible libremente a usuarios en todo el mundo a través de la Biblioteca Digital Mundial.
Por su increíble diseño, tanto interno como externo, así como la conformación de la colección, y la concepción del espacio de la Biblioteca como un lugar tanto de conocimiento como de convivencia de la comunidad, la Biblioteca Pública de Qatar es un joya tanto por su edificación -en una zona que ya por sí sola destaca por sus imponentes edificios- como por su forma de conceptualizar las Bibliotecas, en una época en que pareciera que la tendencia digital y el aislamiento social condenarían a las bibliotecas en general al olvido.