Desde el inicio de la cuarentena en México, por la irrupción del virus SARS-CoV-2 en México, más de 7,400 bibliotecas han permanecido cerradas por más de un año, pese a que estos recintos no reciben multitudes de personas de forma cotidiana. Pese a esta realidad, el cierre de estos recintos ha implicado la pérdida de la única fuente de consulta entre las comunidades sin internet, así como de un espacio de encuentro y socialización.
“Sin pandemia, las bibliotecas ya eran lugares de distancia social. Realmente la gente no estaba ahí, y las pocas personas que las frecuentaban eran muy felices porque no había nadie que las molestara[…]. Sin pandemia, las bibliotecas ya eran lugares de distancia social. Realmente la gente no estaba ahí, y las pocas personas que las frecuentaban eran muy felices porque no había nadie que las molestara”.
Alejandra Quiroz Hernández, en entrevista para El Reforma
Aunque bien la poca concurrencia a las Bibliotecas pareciese un argumento a favor de su próxima reapertura, es de vital importancia seguir una serie de recomendaciones sanitarias y del uso de espacios, tal como lo planteó el Colegio Nacional de Bibliotecarios (CNB) desde mayo del año pasado en un documento.
Si bien han sido diversos los esfuerzos para mantener activos los servicios de las Bibliotecas durante la Pandemia, es momento de reinventarse
“Este anhelado regreso puede ser una oportunidad para que las bibliotecas públicas, esos espacios usualmente desprovistos de recursos suficientes, de visibilidad pública y de presencia en los planes de desarrollo locales y federal, se vuelvan auténticos protagonistas de la vida cultural y educativa de México”.
Si bien las Bibliotecas son centros de consulta y cultura fundamentales para nuestra sociedad, lo cierto es que son espacios que se han visto desprovistos de recursos para poder llevar a cabo sus tareas de día a día.
“¿De qué nos sirve tener 7 mil y tantas bibliotecas públicas, si no van a estar latiendo realmente? Están ahí como en coma. Con sus excepciones, pero realmente las veo en estado vegetativo”.
Con información de El Reforma, Israel Sánchez, “La Biblioteca post-Covid”.